Para la famosa noche de San Valentín, preparé este magnífico manjar. Montadito de queso fresco con salmón ahumado, aguacate y canónigos, me estrené con un pan estupendo de sésamo y harina integral, langostinos al horno con ajo y perejil, y de postre... un fantástico coulant de chocolate que quedó en su punto. Acompañado de un buen vino y una buena compañía, una velada inolvidable.
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